El aura es un halo de luz multicolor, tridimensional, que sobresale entre 30 y 40 centímetros del cuerpo humano, rodeándolo en todas sus direcciones.

Sus propiedades son las siguientes:

  • Cada aura tiene una frecuencia única e irrepetible. El campo aurico comprende una cantidad de emanaciones electromagnéticas, sonoras y luminosas, que en cada persona se manifiestan de un modo singular.
  • El aura absorbe y emana energía. El aura es la vida por la cual fluyen las energías vitales, circulan las emociones, los pensamientos y las vivencias.

Los seres humanos poseemos muchas estructuras productoras y receptoras de energía. Este conjunto de vibraciones que nos componen y modifican se reciben y se emiten a través de centros energéticos (chakras), que se encuentran en el campo aurico.

  • El aura es un reflejo de los aspectos físicos, emocionales y espirituales.
  • Los colores, el brillo, la forma, el tamaño y la claridad con que se presenta el aura, nos otorgan la información sobre la salud, la psiquis y el bienestar general del individuo.

Compruebe la existencia del aura.

Mediante este sencillo ejercicio, usted podrá verificar de que modo el aura recibe los estímulos externos.

Realice este ejercicio con un familiar o un amigo, sin alertarlo previamente sobre el objetivo del mismo. Proceda así:

  • Ubíquese detrás de ella, a un metro de distancia y concéntrese.
  • Haga de cuenta que una pared se interpone entre usted y la otra persona. Entonces comience a extender sus brazos, muy lentamente, como si quisiera empujar esa pared hacia delante, con las palmas de sus manos (sin llegar a tocarla).
  • Luego, también lentamente contraiga sus brazos como si quisiera atraer la pared hacia usted.
  • Repita esta acción varias veces. Comprobará que la otra persona comienza a mover su cuerpo al ritmo de los movimientos de sus brazos. Esto sucede porque usted ha provocado un estimulo físico sobre el aura del otro.

¿Quiénes pueden ver el aura?

Existe una idea generalizada sobre lo dificultoso que puede resultar observar e interpretar el aura, que esta muy lejos de la realidad.

Todos somos capaces de percibir este campo de energía vital a través de la vista, para hacerlo, solo hay que ejercitarse debidamente.

En principio, es necesario enfocar el entrenamiento en las dificultades físicas que se presentan a la hora de visualizar el aura, por ese motivo, a continuación vamos a detallar dos ejercicios preparatorios que sirven para acondicionar debidamente los músculos de la vista.

Carta de los puntos móviles:

Esta es una excelente ejercitación para desarrollar la capacidad de visualizar rápidamente los colores del aura.

  • Reproduzca la figura de la persona en una lámina y colóquela sobre una pared, tal como se explica en el ejercicio anterior. Se deben marcar cinco puntos. El primero en la frente, el segundo en la garganta, el tercero en el centro a la altura del corazón., el cuarto en el ombligo y el ultimo por debajo del ombligo.
  • Para comenzar concentre su mirada en cualquiera de los cinco puntos.
  • Luego mueva rápidamente la vista, para fijarla en otro punto de la figura, siga recorriendo toda la lámina, desplazando su mirada en forma horizontal, vertical y diagonal, fijando su vista en todos los puntos con el orden que usted prefiera.
  • Repita el ejercicio, pero esta vez cerrando el ojo derecho. Luego repita con el ojo izquierdo.

Prepárese para ver el Aura.

Con la práctica diaria de los dos ejercicios explicados anteriormente, usted conseguirá una buena predisposición física para lograr visualizar el aura de otras personas, e incluso la propia.

A continuación vamos a puntualizar las condiciones necesarias para realizarlo correctamente:

  • Instálese en un cuarto luminoso, a la hora del crepúsculo. No encienda la luz artificial.
  • Ubíquese frente a una pared perfectamente blanca y lisa. Cuente con un pliegue de cartulina o cartón de color blanco de por lo menos 50 cm.
  • Tómese unos minutos para relajarse. Recuéstese sobre una superficie cómoda y trate de alejar su mente de preocupaciones y tensiones.
  • Siéntese en una posición cómoda, sostenga con la mano la cartulina o cartón, a unos 20 cm de su vista.
  • Coloque la palma de su otra mano. Alterne su mirada entre la mano y la superficie blanca hasta que logre enfocar un punto específico que despierte su visualización. Lentamente comenzará a visualizar un halo tenue que la rodea.
  • Luego verá que ese halo tiene una multiplicidad de colores en su interior. Si la visualización le demanda mucho esfuerzo, aleje o acerque la mano de su vista, observe la punta de los dedos hasta lograr un enfoque óptimo.
  • Ponga especial atención en los colores que rodean su mano. Los verá como “flotando” alrededor de su piel. Tenga en cuenta que usted puede llegar a visualizar tanto suaves tonalidades como firmes.
  • Algunas veces, en el aura se puede ver franjas bien delimitadas de color y otras veces destellos o resplandores intermitentes.